If I was a reach girl...

Nananana nananana nananana nananaaa...
Y así empezaba una de mis canciones favoritas de unos tiempos que, echando la mirada hacia atrás, parecen muy lejanos. Una Gwen Stefani muy molona bailaba subida encima de un barco pirata mientras, a una jovencita soñadora como yo, se le iluminaban sus grandes ojos negros imaginando cuánto podría hacer.
If I was a reach girl... acaba de sonar en mi cabeza unos cuantos años después.
¿Qué haría si tuviera todo el dinero del mundo? Es decir, todo el dinero que quisiera y necesitase, no para gastármelo en fiestas y en viajes, coches caros y mansiones, que también (a ver si vamos a ser tontit@s ahora), sino para dejar de tener preocupaciones.
Para dejar de pensar en qué trabajo, a qué ofertas de empleo aplico, qué va a serme más útil en mi trayectoria profesional dentro de 10 años, qué camino elijo - un trabajo que me gusta o uno que me beneficia más económica o laboralmente - , media jornada, jornada completa o intensiva, de mañanas o de tardes, de oficina o de cara al público, en Valencia o en otra ciudad, fuera de la península, en otro país quizá y así vivir una experiencia nueva...
¡Por Dios! ¡Qué alguien me quite tantas opciones de delante! ¡Tantos caminos! ¡Tantas metas! ¡Tantas incertidumbres y dudas!
¿No te ha pasado nunca que no te encuentras y no tienes ni puñetera idea de hacia dónde tirar? ¿No? ¿Soy solo yo? Vale.
Peeero, si fuera rica, y ya hubiera adquirido mis tres mansiones, una en Hawái, otra en Las Bahamas y la tercera no te lo diré - No va a ser ésto todo un camino de rosas para ti, oye -, no tendría que darle tantas vueltas al coco y dormiría como un lirón por las noches porque todas esas cuestiones lanzadas previamente no tendrían importancia.
Porque, como habrás podido comprobar, sabi@ lector@, estoy en un momento de mi vida importante, relevante, CRUCIAL. Estoy en un impasse (que no bypass, eso es otra cosa), en un "Espere y continúe", en un ¿Quién soy, dónde estoy y hacia dónde quiero ir?, en un Ahora o Nunca, en un "Puedes ir hacia dónde te dé la gana, es tu vida". Ahí estoy. Pues bien, If I was a reach girl, con mi colchoncito de ingresos cubierto, las preocupaciones se desvanecerían. Ya no importaría qué priorizar, porque me priorizaría a mí.
¿A qué te dedicarías si no tuvieran que pagarte por ello? Es decir, qué te apasiona, te motiva, te mueve por dentro, da igual que no sea una profesión como tal o una actividad lucrada, si pudieras vivir de ello, ¿Qué harías?
Ahí, ahí está la magia de la vida. Y ahí quería yo llegar, después de toda esta perorata. Si no tuviera que preocuparme por nada, ¿Qué haría? ¿Y dónde?
¡Prfff! Mátame camión. Perdón. Qué expresión más feúna.
Pero, ¡¿Qué haría?! ¡Vivir! Ya, vale, sé algo más concreta.
Viajar. Lo primero. Hacer fotos. Después. ¿Y luego?
Vivir en una isla. Mudarme. Unos meses. ¿Y a qué me dedicaría? ¿A dar clases de yoga? ¿A escribir en una revista? ¿A trabajar con niños y animales? ¿A bailar? ¿A nadar con delfines? ¿A irme de ayuda humanitaria unos meses? ¿A colaborar en una ONG? ¿En una protectora? ¿A escribir cuentos infantiles? ¿A escribir guiones de cine y televisión? ¿A trabajar como locutora en una radio? ¿A estudiar mil y un cursos de todo lo que quiero aprender?
Realmente creo que no haría nada de eso. Porque todo eso lo ha pensado mi subconsciente teniendo en cuenta todas las demás variables de la ecuación. Y, siendo honesta conmigo misma, nunca me he planteado la pregunta de verdad. Con todas las X's despejadas. Y debería hacerlo.
¿Qué-harías-tú if you was a rich GIRL? O boy. Boy también.
Porque de verdad, yo me alegro mogollón por la gentuza, digo gente, que tiene encaminada su vida, encarrilada ella con su trabajo soñado, su pareja y sus bebés en camino, que se despierta cada mañana gritando por la ventana de su soleada habitación "¡Qué feliz soy!". Yo, de verdad, con el corazón en la mano, y en la otra un palo, que me alegro mogollón.
Pero mira por donde, hay personas que llega un momento de nuestra maravillosa existencia que frenamos en seco y decimos, "Ostias, que por aquí no es". Y te paras, miras para todos lados y piensas, "Mierda, me he perdido. Y, ahora, ¿Qué? Ya que he llegado hasta aquí, ¿Sigo o doy un giro de 180º, a ver si vuelvo a darle sentido a mi vida? Si es que lo ha tenido alguna vez".
Y no es fácil eh. La decisión no es fácil. Porque es tu vida y vida solo hay una. Al menos, que seamos conscientes de ello. Y la elección te bloquea. Te paraliza. Y te asusta. Así que, si tú también te encuentras en un momento crucial de tu vida, sentadito en mitad del camino pensando, "¿Ahora pa' dónde?", te abrazo y te admiro. Lo primero, porque te entiendo. Y la admiración porque no todo el mundo tiene la valentía de frenar en seco y reconstruir su vida y su felicidad.
Y hasta aquí mi disertación de hoy sobre la vida, el futuro, las preocupaciones y los frenazos.
Si de algo te puede ayudar, piensa momentáneamente If I was a rich girl qué me haría feliz... Y, el siguente paso ya lo sabes. Go for it.
Con amor,
Lady B.