Año nuevo, ¿Vida nueva?

Holi. Quiero decir, ¡Feliz año nuevo!
Feliz 2023, feliz entrada de año, felices nuevos comienzos... Y feliz domingo 8 de enero, claro.
¿Ya has hecho tu lista de propósitos para este nuevo año? ¿Ya te han dicho eso de "2023 va a ser mi año" o lo has pensado tú? ¿Ya te has apuntado al gym, te has comprado las zapatillas más cantarinas para la próxima maratón, te has propuesto retomar el inglés, el francés o el italiano, empezar con clases de cocina, baile, canto y te has sentado muy seriamente en la tranquilidad de tu habitación, con luz tenue, una velita que emana olor a canela y naranja, y te has replanteado toda tu vida, desde tu pasado más caótico hasta tu futuro más esperanzador, pasando por un normalillo presente?
¿No? Pues no es por agobiarte, pero ya vas con retraso señorit@.
¡Ay! Los humanos, cómo nos complicamos la vida.
Porque sí, está muy bien sentarnos, parar y recapacitar sobre nuestra vida. Sobre nosotros, sobre lo que nos hace felices y sobre lo que hemos estado haciendo hasta ahora para conseguirlo. Y, por supuesto, sobre qué podemos cambiar y hacer a partir de ahora para encaminarnos hacia nuestra felicidad. Hacia nuestro propósito vital, hacia aquello que nos motiva cada día a levantarnos de la cama con una sonrisa (aunque amanezcamos repletos de legañas y con sueño).
Lo que no está bien es que nos agobiemos y exijamos conseguirlo ya o nos martiricemos pensando que lo hemos hecho súper mal hasta ahora, que todos los pasos que hemos dado en el largo camino de la vida han sido en vano o erróneos.
Una de las cosas más importantes en la vida, bajo mi punto de vista, es encontrar el punto medio, el equilibrio, para todo (entre la actividad física y el descanso, entre el cuidado físico y el mental, sin olvidar el emocional, entre estudiar y sacar buenas notas y salir con los amigos y disfrutar una noche, entre quererse a uno mismo y querer a los demás, entre soñar y vivir). Y aquí, en este punto de inflexión, cuando nos sentamos un 31 de diciembre de 2022 a replantearnos nuestra vida y reenfocar nuestras metas, el equilibrio es fundamental.
Debemos pensar de dónde venimos, qué hemos hecho por el camino, a quiénes nos hemos encontrado y cuáles eran nuestros sueños, nuestras pasiones, nuestras ilusiones (porque suelen perderse entre tanto tropezón que vamos dando). Y debemos hacerlo con cariño, con amor y compasión hacia nosotros mismos, porque ese "yo" del pasado que "tan mal lo ha hecho" desde nuestro enfoque presente, es nuestro "yo" en su momento haciéndolo lo mejor que sabía y podía con las herramientas y conocimientos de los que disponía. Eres tú, hoy, viviendo de la mejor manera posible, dejándote llevar por el corazón y teniendo la mente bien presente.
A ese "yo" no puedes odiarle, no puedes odiarte. Porque, ¿Quién puede quererte mejor que tú? ¿Cómo vas a exigir a nadie que te quiera, te respete y te hable con amabilidad si tú eres el primero que no lo hace? Irónico, ¿no? Absurdo, cuánto menos.
Pues bien. Ese equilibrio entre pensar quiénes somos y qué hemos hecho hasta ahora para ser nosotros mismos y, por consiguiente, ser felices, debe estar presente en el proceso. ¿Nos hemos dejado llevar por los demás en decisiones importantes de la vida? ¿Hemos dejado de hacer cosas que queríamos por miedo, pereza o indecisión? ¿No estamos a gusto con la vida, el trabajo, el lugar en el que nos encontramos ahora mismo? ¿Necesitamos un cambio? O a lo mejor estás de lo más a gustito haciendo y estando dónde estás y oye, de maravilla.
Si no es así, reenfocamos. Nos miramos con cariño, vemos todo el camino que hemos recorrido, todos los baches que hemos superado, todo el miedo que hemos combatido, todo el dolor que hemos sufrido y todos los buenos momentos que hemos vivido, y seguimos. ¿Qué queremos ser? ¿Hacia dónde queremos ir? ¿Qué me hace feliz? "No lo sé, Lady B." , - Sí lo sabes.
El otro día leí un post muy chulo en Instagram que te invitaba a pensar en tu propósito de vida haciéndote una serie de preguntas y funciona. Te replanteas muchas cosas y recuerdas muchas otras. (Te lo comparto, no te enfades por la cutrez del enlace, es lo que tiene trabajar con un blog gratuito).
https://www.instagram.com/p/CmO8kmytJEg/?utm_source=ig_web_button_share_sheet
Yo lo cogí e hice una plantilla personalizada para ir apuntando todo lo que se me venía a la mente y tenerla a mano para encauzar mi vida este nuevo año. De hecho, hice tres con diferentes propósitos y metas (te las comparto más abajo también, por si te ayuda a centrarte).


Y, entonces, cuando vamos hacia el futuro que queremos construir, que imaginamos, que idealizamos, el equilibrio también es importante. Una cosa son los pajaritos en el aire, los castillos de arena y las nubes de algodón, y otra la realidad. Hay que ser soñadores pero también realistas y marcarnos propósitos alcanzables, tanto en tiempo como en dinero, pensando en las herramientas de las que disponemos y diseñando un camino con sus pasos para acercarnos hacia él. "Quiero ser millonario", - Vale, pero para llegar hasta ahí tienes que ir cumpliendo objetivos pequeñitos y a corto plazo, porque sino, desesperas y claudicas y dentro de 10 años en diciembre de 2032, cuando eches la mirada atrás, te fustigarás diciendo "No he conseguido mi sueño de ser millonario, ¡Soy lo peor!", Equilibrio.
Pues menuda chapa te estoy soltando, ¿No?
Todo esto para decirte que no te agobies, que mires con mucho cariño el camino que han recorrido tus pies hasta ahora y que observes con mucha ilusión el sendero que tienes por delante, todo todito tuyo, para ir hacia lo que te hace feliz. ¡Solo tú, eh! No esperes que nadie te dé la mano y te arrastre hacia él, porque cada cual ya tiene bastante escribiendo sus propósitos como para ayudarte también a cumplir los tuyos.
Will Smith, un grande entre los grandes, dijo algo muy chulo que vi el otro día sobre la vida y los sueños, y lo importante que eres tú en el papel para cumplirlos. Tú y sólo tú, porque nadie te conoce mejor y nadie va a luchar por ti ni por tu felicidad.
https://youtube.com/shorts/ZWuFiqQsdBU?feature=share
Así que, fiel lector@, que ya llevas conmigo la infinidad de 2 posts, baja las luces de tu habitación, enciende una velita del aroma que más te guste, coge papel y boli y empieza a escribir. Empieza a recordar quién eres y piensa quién quieres ser. Y empieza a recorrer tu nuevo camino.
Porque da igual que lo hagas un 31 de diciembre, un 8 de enero o un día caluroso de un pleno mes de julio porque es tu cumpleaños y ya has llegado a la treintena (no lo dejo por aquí para recibir ninguna felicitación este año eh, 12 de julio, ejem) y no sabes cómo has llegado hasta aquí. Y dices, "Pero si yo hace nada tenía 18 y ahora no tengo ni gato", mientras tu alrededor se llena de bodas, bebés, mascotas y viajes a Bali.
Lo importante es, que si hay algo que te dice que no eres del todo feliz, que si hay un vacío que no sabes por qué está ahí, que si hay mil cosas que te rondan por la cabeza desde hace tiempo y sabes que quieres ir hacia ellas, lo hagas. Pares, reenfoques y, SIN MIEDO, cambies. Cambia el rumbo, cambia el destino, cambia los acompañantes, cambia TODO. CAMBIA TÚ. Cambia tú para volver a ser tú. Para ser realmente tú, para ser quién has venido a ser en esta vida.
Porque si no, menudo rollo, ¿No? Vivir tu vida de la manera que otros quieren que la vivas. Vivir tu vida siendo otro.
No, no, no. Yo quiero ser yo. Que para eso llevo años currándomelo.
Así que, Feliz Año 2023 y Feliz cambio de rumbo, pasito a pasito, hacia tu felicidad.

Con amor,
Lady B.